«Desde aquella noche la «chinampa» del padre de tío Pedro se llamó del «Espanto», pues el «ánima» de la mujer vagaba por las aguas en una chalupa invisible, en solicitud de «cristianos» que rezaran por ella.»
Heriberto Frías
Heriberto Frías La calle iría moldeando su carácter; era un adolescente cuando empezó a consumir alcohol. Otro de sus infortunios fue el ir a parar a la cárcel de Belem por un robo menor cuando sólo tenía 14 años. El vagabundeo, su adicción por el alcohol y la cárcel darían a Frías la oportunidad de conocer la vida de los de abajo, hecho que marcaría la literatura de su autoría. Al salir de la Escuela Nacional Preparatoria, ingresó al Colegio Militar pero, debido a su mal comportamiento, era constantemente castigado. Su actitud rebelde lo llevó a ingresar al servicio activo dentro del Ejército, y alcanzó el grado de teniente. Frías participó en la rebelión de Tomochic (1891-1892) y decidió exponer los agravios y atrocidades llevadas a cabo por el Ejército en contra de los pobladores, para lo cual se sirvió del periódico oposicionista a Díaz, El Demócrata. Escribió una crónica novelada que apareció en el folletín, salió a la luz en entregas y sin autoría bajo el título de ¡Tomochic! Episodios de campaña. Relación escrita por un testigo presencial. Dado que tuvo mucho éxito, autoridades del Ejército se propusieron dar con la persona que relató los hechos con tanta precisión. Now have more pleasant together with free spins i dag. Frías fue apresado y acusado de ser el autor, pero negó los cargos y se mostró inconforme; más tarde Joaquín Clausell, director de El Demócrata, se declaró autor del texto, lo cual libró a Heriberto de una muerte segura, y fue licenciado de las fuerzas castrenses. En 1895 Heriberto Frías regresó a la cárcel de Belem. José Ferrel, director de El Demócrata, fue acusado de difamación y encarcelado, por lo cual Frías decidió tomar la dirección interina del periódico y asumir la culpa. Durante esta etapa usaba el seudónimo de Poetastro de los pericos y escribía crónicas para esa publicación bajo el título de “Desde Belem” y “Realidades de la Cárcel”, en las cuales relata las pésimas condiciones y los maltratos que los presos afrontaban día a día. Otro aspecto de estas crónicas es que son de carácter autobiográfico, pues Heriberto decidió relatar los episodios que vivió la primera vez que lo encarcelaron, cuando aún era un adolescente. Frías fue, ante todo, un periodista de combate y se mantuvo fiel a sus principios durante el Porfiriato. Por ello su situación personal era dramática, y esto acentuó sus problemas en el consumo del alcohol. La denuncia de los abusos cometidos por el régimen representó una constante en sus escritos. Demostró su entusiasmo por el inicio de la campaña electoral de Francisco I. Madero, y lo apoyó durante la misma. Su novela ¿Águila o sol? (1923) relata los hechos que marcan la etapa prerrevolucionaria, y Frías trataría de completar la tarea de relatar la misma con otras novelas de carácter autobiográfico tituladas El Diluvio mexicano y La noche y el alba, pero quedaron inconclusas debido a su fallecimiento. Heriberto Frías siempre apoyó, en sus distintas fases, la Revolución mexicana. En su labor periodística fue muy prolífico y desempeñó distintos cargos, desde corrector hasta director. Sus artículos y crónicas se pueden encontrar en distintos periódicos de diferentes estados de la república: El Mundo Ilustrado (1896-1908), El Combate (1896-1898), El Mundo (edición diaria, 1897-1898), El Imparcial (1897-1899); en Mazatlán dirigió El Correo de la Tarde (1906), mientras que El Constitucional de México y La Voz de Sonora son de Hermosillo. Entre sus escritos encontramos editoriales, artículos de opinión, reportajes y crónicas. Algunos de sus otros seudónimos son Antic Novel, Humberto Safri y Germinal. Por último, debemos recordar que Heriberto Frías es considerado precursor de la novela de la Revolución, novela con tintes históricos y autobiográficos, relatada por un testigo presencial. Frías siempre se mantuvo crítico ante las injusticias y estaba en busca de las reivindicaciones sociales, pero hay que destacar que su escritura también incursiona en la poesía, la leyenda, el folclor y la Historia. 3-9, comentario, la chinampa del espanto Heriberto Frías, Antic Novel, “La Chinampa del Espanto”, en El Imparcial, t. xix, núm. 3204 (9 de julio de 1905), p. 6.
Heriberto Frías Alcocer nació el 15 de marzo de 1870 en la ciudad de Querétaro, y murió el 12 de noviembre de 1925 en Tizapán, Distrito Federal. Fue hijo de un militar lerdista, quien al no tener oportunidades en su tierra, decidió emigrar a la Ciudad de México, donde Heriberto entraría a estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria, pero su padre enfermó de gravedad y murió, de tal manera que él tuvo que abandonar la Escuela y trabajar para mantener a su familia. Al poco tiempo, su madre y sus hermanas deciden regresar a Querétaro y Heriberto queda muy joven desamparado en el Distrito Federal, lo cual lo llevó a tener una vida de excesos.