Laura Méndez de Cuenca

Laura Méndez de Cuenca (1853-1928)

Educadora, viajera y escritora, nació en la Hacienda de Tamariz, en el Estado de México, el 18 de agosto de 1853. Bautizada como Laura María Luisa Elena Méndez Lefort, sus padres fueron Ramón Méndez Mérida, encargado de esa hacienda ubicada rumbo a Chalco, amigo del dueño de la misma, Juan Bautista Arroyave Beteta, y Clara Lefort, nieta de Émile Lefort, francés a quien presuntamente varios guerrilleros mexicanos causaron daños en sus negocios por lo cual, junto con otros connacionales, exigió la indemnización necesaria al gobierno mexicano, deudas que no serían pagadas y que contribuyeron a la primera intervención francesa en 1838 (denominada la “Guerra de los Pasteles”). Su vida la atraviesan periodos históricos de la vida nacional como el Segundo Imperio mexicano, la República Restaurada, el Porfiriato y la Revolución mexicana.

En 1871 fue miembro de la Sociedad Nezahualcóyotl, donde conocería a su futuro esposo Agustín F. Cuenca y a Manuel Acuña, con quien mantendría una relación más que sentimental de la cual nació una niña, que murió de bronquitis tres meses después de haber nacido. Con Agustín F. Cuenca tuvo siete hijos, de los cuales sobrevivieron dos.

En 1889 Laura quedó viuda a los 31 años y tuvo que insertarse dentro de la fuerza laboral; trabajó como redactora y educadora, quehaceres que conjuntó en sus viajes a Estados Unidos y Europa, porque además de haber conocido a sus parejas sentimentales dentro de la Sociedad Nezahualcóyotl, comenzó su labor escrituraria y mantuvo contacto con Justo Sierra y Manuel Orozco y Berra.

Los viajes de Laura comenzaron en 1891 y terminaron en 1898, visitó las ciudades estadounidenses de San Luis Missouri y San Francisco; en 1893 viajó a la Exposición Universal de Chicago. Durante su estancia en Estados Unidos fundó en San Francisco, California, La Revista Hispanoamericana (1895-1896).

Cultivó el cuento, el teatro, la crónica y la columna periodística; sin afiliarse por completo a ninguna escuela, extrajo de ellas los elementos románticos, realistas y modernistas que engalanarían su pluma. En 1872 editó, junto con otras escritoras, Las Hijas del Anáhuac, nombre que usurparía en 1887 Laureana Wright de Kleinhans (para después cambiarlo a Violetas del Anáhuac), un hecho que puso en controversia a dos sectores femeniles miembros de la sociedad letrada.

Como escritora, Laura colaboró para las siguientes publicaciones periódicas: El Universal, El Imparcial, El Mundo Ilustrado, El Correo Español, La Raza Latina, El Pueblo y Revista de Revistas. En su segundo regreso a México, en 1904 participó en el grupo femenino Sociedad Protectora de la Mujer, y en 1905 fue directora de la publicación feminista La Mujer Mexicana.

Justo Sierra la comisionó, durante los primeros años del siglo xx, para que analizara los métodos de enseñanza de los lugares que visitara: en 1906 viajó a Berlín y después a Milán, con motivo del Segundo Congreso de Educación Familiar; visitó asimismo París, Barcelona, Toledo, Madrid, Zaragoza y Londres. Además de extraer los modelos educativos de las distintas regiones que visitó, esta encomienda también le valió una columna en El Imparcial titulada “Desde Europa”, en la cual expondría sus impresiones de viaje (1907-1910).

Laura regresó a México en 1910, apoyó el movimiento político de Venustiano Carranza y escribió una semblanza de Justo Sierra en 1914, así como la biografía de Álvaro Obregón en 1918.

Publicó los libros El Espejo de Amarilis (1902) y Simplezas (1910). Su estilo no puede ser encasillado en ninguna corriente literaria; su prosa es cosmopolita, crítica y reflexiva. Además, Laura tuvo gusto por los idiomas, aprendió francés, inglés y casi al final de su vida, sánscrito. Murió el 1º de noviembre de 1928 en Tacubaya, Ciudad de México.

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