José Juan Tablada

José Juan Tablada

Juan José TabladaJosé Juan Aguilar Tablada y Osuna nació en la Ciudad de México el 3 de abril de 1871. Su abuelo, Juan Nepomuceno de Aguilar Tablada, era oficial del Ejército Realista en México. Estudió en una escuela de Puebla donde era maestro Manuel María Flores, quien le ayudaría a introducirse en el mundo de las letras. Become dauntless, test an individual’s chance free spins casino. A su regreso a la Ciudad de México, moró junto con su familia en Tacubaya.

En 1883 asistió al Instituto Científico y Militar de Tacubaya, donde conoció a Julio Ruelas y juntos –uno con su pluma y el otro con sus dibujos– editaron un periódico. Desde muy joven Tablada mostró habilidad e ingenio en la escritura, por lo que empezó su labor periodística a los 19 años de edad en El Universal, oficio que realizaría durante casi 50 años; sin embargo, su primer trabajo publicado fue el poema “A…”, que apareció en La Patria Ilustrada. A los 17 años conoció a Manuel Gutiérrez Nájera, quien fue su consejero y mentor al introducirlo en la corriente del Modernismo.

Tablada cultivó la crónica, el cuento, el ensayo, la poesía, el comentario y la crítica literaria y de arte; en menor medida se ocupó de la novela, puesto que sólo escribió La resurrección de los ídolos (1924) y el manuscrito La Nao de China.

Publicó aproximadamente más de 10 mil artículos, tanto en periódicos nacionales como en extranjeros. Escribió en La Revista Azul, El Imparcial (en donde también publicó sátiras políticas tituladas “Tiros al Blanco”), El Siglo Diez y Nueve, El Mundo Ilustrado, El Nacional, Revista de Revistas, Excélsior, El Universal Ilustrado, La Falange y El Maestro; de 1894 a 1895 sustituyó a Amado Nervo en el periódico sinaloense El Correo de la Tarde, sólo por mencionar algunas de las publicaciones periódicas en las cuales colaboró.

En 1893 El País publicó su poema “Misa Negra”, que le valió su renuncia al cargo como director de la sección de literatura. El poema, además de ser erótico y versar sobre asuntos relacionados con el ocultismo, explicitó temas generales acerca del decadentismo literario que, alejado de las concepciones sociales preestablecidas, extrajo de las sombras lo erótico, lo corpóreo, lo exótico, para convertirlos en ejes centrales que ayudaron a la configuración de una estética que unía la literatura y las artes plásticas y gráficas. Por tal motivo, junto con los escritores Alberto Leduc, Balbino Dávalos y Jesús Emilio Valenzuela nació La Revista Moderna en 1898, que desapareció en el año de 1903 y cuya sucesora fue La Revista Moderna de México (1903-1911).

Fue un destacado miembro de la bohemia mexicana, seguidor de las ideas de Charles Baudelaire y asiduo crítico y coleccionista de arte japonés. Escritor central del Modernismo, renovó la forma en que se hacía literatura en México, apoyó y dio a conocer creaciones de jóvenes artistas nacionales y se profesionalizó como escritor. Además, es considerado el iniciador de la vanguardia en México. Sabemos que también pintaba en acuarela y fue amigo de Diego Rivera, José Clemente Orozco, Roberto Montenegro y Miguel Covarrubias.

Como viajero, en 1900 visitó Japón gracias al mecenazgo de Jesús Luján. Introdujo en el sistema literario mexicano la forma del haikú y del caligrama, el tema estilístico del exotismo japonés, además de varias piezas artísticas que más tarde formarían un acervo importante sobre la cultura japonesa en México. De esta influencia japonesa nacieron los libros Un día… (1919), Li-Po y otros poemas (1920), El jarro de flores (1922) y El país del sol (1920). Tablada, a sus 50 años, fue nombrado “poeta representativo de la juventud”, mérito que ganó debido a la renovación estética que introdujo en la poesía.

Se casó con Evangelina Sierra, por eso en 1903 visitó por primera vez París, como viaje de bodas, y regresó a la capital francesa en el invierno de 1911. De esos viajes, y producto de las constantes ensoñaciones que de la Ciudad Luz albergaban en la mente los poetas finiseculares, escribió en 1918 Los días y las noches de París.

En 1914 Tablada apoyó políticamente al general golpista Victoriano Huerta y, al ser derrocado este mandatario, fue exiliado a Estados Unidos vía La Habana. Venustiano Carranza decidió perdonar a Tablada y le otorgó en 1918 un cargo como segundo secretario en Colombia y Venezuela. El año siguiente publicó Madrigales ideográficos e impresiones de La Habana.

En 1920, por motivos de salud decidió retirarse de la demagogia y se exilió en Nueva York, donde abrió una librería y se interesó por difundir el arte mexicano en artículos que fueron publicados en las revistas International Studio, The Arts, Shadowland y Survey Graphics.

Además de los libros mencionados, publicó en verso El florilegio (1899), El Florilegio (versión ampliada, 1904), Al sol y bajo la luna (1918), Cultura mexicana: artes plásticas (1920), Retablo a la memoria de Ramón López Velarde (1921), El jarro de flores (1922) y La feria (1928).

En su prosa destacan los siguientes títulos: de 1893, Hongos mexicanos comestibles (micología económica), La epopeya nacional. Porfirio Díaz (1909), Madero-Chantecler. Tragicomedia zoológico-política de rigurosa actualidad en tres actos y en verso (1910), La defensa social. Historia de la campaña de la División del Norte (1913) y El arca de Noé (1926); en 1939 dirigió la revista Mexican Art and Life.

Por otra parte, como biógrafo escribió las semblanzass de los secretarios de Relaciones Exteriores –publicadas en el Boletín de dicha dependencia– y publicó sus memorias en el periódico El Imparcial (enero de 1925 – febrero de 1926), también recopiladas en el libro La feria de la vida (1939).

Por último, en 1945, con el cargo de vicecónsul de México, José Juan Tablada tuvo que regresar a Nueva York, en donde falleció de un infarto el 2 de agosto de ese año.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.