Acerca del proyecto

La crónica es memoria colectiva, y tener memoria es fundamental para una sociedad que desea reconocerse. Así fue concebida la  Antología de crónica periodística del siglo XIX, acompañada de comentarios sucintos elaborados por estudiantes de licenciatura que colaboraron en el proyecto. Con el propósito de llevarla a cabo, en el 2018 solicité apoyo a la DGAPA, por medio del PAPIME, y me fue otorgado para prepararla y editarla en un par de años.

El proyecto consideró dos presentaciones de los resultados obtenidos del proceso de investigación, transcripción, comentario y digitalización de los textos originales: una versión escrita y un aula virtual en forma de blog. Así, con el fin de aprovechar las ventajas que ofrecen las tecnologías de la información para la enseñanza y aprendizaje; en virtud de contar con la experiencia del área de informática del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, desarrollamos un blog que, tras varias pruebas, nos permitió confirmar que respondía a nuestros objetivos y metas. En primer término, mostrar y hacer accesibles las páginas de los periódicos y revistas originales donde aparecieron los textos cronísticos, además de facilitar tanto su lectura como la de los comentarios, sucintos pero precisos, que los miembros del equipo redactaron con el fin de facilitar la comprensión. En segundo lugar, el aula considera la incorporación sistemática de crónicas que amplíen la experiencia de los estudiantes por medio de consultas, al igual que el intercambio de comentarios y opiniones entre los usuarios del sitio. 

Ahora bien, la novedad en esta recuperación de crónicas decimonónicas procede, por una parte, de la tecnología de la digitalización de colecciones de prensa, que hemos seleccionado para mostrarlos en su versión original, tal y como aparecieron por vez primera en las planas del periódico, y una versión editada con la ortografía actualizada y acompañada de un breve comentario. Además de ofrecer la circulación de los materiales en la clase como resultado de la experiencia docente en la Universidad en los días que corren, cuando el estudio a distancia ha cobrado mayor importancia.

Así, la obra escrita quedó estructurada en cuatro partes: un prólogo y tres periodos que a su vez suman nueve apartados o capítulos: I. Periodo 1805-1848, que comprende cuatro capítulos: 1. Antecedentes: el cuadro de costumbres, la Arcadia y el buen gusto; 2. La ilustración de una sociedad en conflicto; 3. La Academia de Letrán y la prensa miscelánea; y 4. Las costumbres urbanas. El viaje ilustrado y romántico. Novedad del paisaje. II. Periodo 1849-1880, que tiene los siguientes apartados: 5. Apogeo del Costumbrismo. La ciudad y el campo, proyectos de modernidad y civilización; 6. Las veladas literarias y la lección nacionalista; 7. La crónica de moda, musical y de espectáculos. La civilización y la ciudad. III. Periodo 1881-1910, que considera los capítulos: 8. La modernidad, el bulevar y la urbanidad letrada. Una ciudad vieja; y 9. La experiencia de la Bella Época. Afirmación del barrio y su lenguaje. El viaje civilizado.

Con esta estructura el lector de la versión escrita podrá seguir, por medio de resúmenes del contexto que abren cada apartado o capítulo, la evolución del género y con base en los comentarios, que sugieren un análisis de todas y cada una de las piezas seleccionadas por su representatividad, hacer una interpretación tanto de los textos como de la circunstancia histórica en que fueron publicados. Esta organización permite apreciar las características y los cambios de enfoques y estilo de la crónica decimonónica, pues es indudable que las crónicas modernistas y realistas de fin de siglo son verdaderas piezas literarias, que trascendieron las páginas de los periódicos donde fueron publicadas por vez primera.

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