«Se llegó a saber en México que el japonés más ilustre fumaba opio, comía ratones y usaba trenza de brocado y del tubor de kaolín… Entre el John Chinaman más hediondo y degenerado y el emperador Taiko-Sama, no había para Seguir leyendo La mujer japonesa
«Pero dejando a un lado la «Boite á Fursy», que bien merece un artículo aparte, vuelvo a los «cabaretes», de los que ya insensiblemente me he ido apatando. Mas a fe que no se necesita andar mucho para dar con Seguir leyendo Desde París. Correspondencia de Carlos Díaz Dufoo. Exotismos parisienses. Los cabarets de Montmartre