Enrique Chávarri
Periodista, farmacéutico y político liberal. Amigo entrañable de Juan A. Mateos. Su vida, además de ser casi desconocida, estuvo estrechamente ligada al quehacer del escritor y colaboró en varios periódicos decimonónicos, escritos que algunas veces le traerían desgracias, pero que también le dieron la reputación de ser el creador de la crónica periodística en México.
En 1869 inició su labor escrituraria en El Constitucional, en donde criticó la prosa de Ignacio Manuel Altamirano. Antes de ser cronista, comenzó como gacetillero y redactor político en El Monitor Republicano, donde en 1871 –después de la salida de Gustavo Gostkowski– Chávarri publicaría su famosa sección “Charla de los Domingos”, que duraría 25 años. Asimismo dirigió El Monitor Republicano, de cuyo boletín se encargó desde 1871 hasta 1896.
Fue un opositor ferviente a los regímenes en turno, como los gobiernos de Sebastián Lerdo de Tejada, Manuel González y Porfirio Díaz. En 1885, víctima de la “Ley Mordaza” impuesta por Díaz con el fin de mesurar las publicaciones con sentido irónico, Chávarri fue acusado de sedición y difamación de las autoridades, fue detenido (junto con Adolfo Carrillo) durante cuatro meses y medio de reclusión, y obligado a pagar 50 pesos de multa.
Flâneur de la calle de San Francisco, concurrente del café de La Concordia, del Jockey Club y de los aparadores de Plateros, también lo fue de los teatros y bailes, por tal motivo publicó una sección en El Imparcial titulada “Crónica de la Moda”, dirigida a las mujeres y caracterizada por su estilo mordaz y alegre.
Su estilo coloquial fue un éxito en rentas, ya que su “Charla de los Domingos” abarcó toda una plana de El Monitor Republicano. Los cosmopolitas temas tratados permitían la instrucción del lector en cultura universal a través del deleite, además de que Enrique Chávarri defendió los derechos de las mujeres.
Firmó con varios seudónimos colectivos, por ejemplo Hermógenes con Francisco Olvera –encargados de la crítica literaria en El Constitucional– y Unos Veterinarios, junto con Vicente García Torres, Vicente Morales y Juan Pablo de los Ríos, quienes redactaron la sección de sátira política “Noticias del Día de Hoy” en El Monitor Republicano. Sin embargo, su seudónimo más conocido era Juvenal, en honor del poeta satírico latino Décimo Junio Juvenal. El estilo único de Chávarri fue reconocido y admirado, a tal grado que en Guatemala el escritor Enrique Gómez Carillo (Lucano) intentó reproducirlo.
De carácter festivo y ameno, Enrique Chávarri no publicó ningún libro, obra de teatro o publicación semejante. Él se dedicó a la profesionalización de su carácter escriturario y fue un digno representante de la ciudad letrada mexicana.
En 1890 la señora Luisa Jáuregui de Cipriani, después de afirmar que Chávarri la había atacado varias veces en su sección “Charla de los Domingos”, siguió al periodista hasta el portón del Hotel Iturbide y –con la intención de asesinarlo– le disparó, hiriéndole la mano derecha. Sin embargo, Chávarri murió el 16 de julio de 1903, trece años después de ese intento de homicidio.
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